Foto de Mercedes Monmany |
Antes de dejar la Coruña, quise cumplir un viejo sueño: visitar la Torre de Hércules. Como Giuseppe Tartini al subir al campanario de san Giorgio, cumplí los 250 escalones que me separaban de la cima del faro. Y allí, como él, tuve que vencer el vértigo para contemplar el océano y la boscosa tierra gallega: los montes de Pontedeume en el Este, donde reposa en su tumba mi querido poeta Ramiro Fonte, y uno de mis antepasados: el aventurero Ramón Portal Montenegro, que comparte uno de sus apellidos con la madre de Valle Inclán. Al regresar a la ciudad, guiado por Mercedes Monmany, entré en la iglesia de San Jorge y allí, ante la escultura del guerrero que pisa y lancea al dragón, se cerró un círculo de siete años, que había comenzado en mi primer viaje a la iglesia de San Giorgio de Pirano, donde se bautizó Giuseppe Tartini ante la vigilancia de una escultura similar.
Iglesia de San Giorgio, en Pirano. |
Bonito viaje, bonitas imágenes (fotográficas y literarias, como siempre)... ¿Nacerá otra historia de estos recorridos?
ResponderEliminarNunca se sabe. Las imágenes se van quedando en un lugar desconocido, dentro, y van formando una historia subterránea que, a veces, emerge en los libros. Otras veces, no.
ResponderEliminarGracias y hasta pronto.