Ernesto Pérez Zúñiga



Fotografía de Lisbeth Salas

Ernesto Pérez Zúñiga (1971), formado en Granada y nacido en Madrid, ciudad en la que reside, es novelista y poeta. En narrativa es autor de las novelas Santo diabloEl segundo círculo, galardonada con el Premio Internacional de Novela Luis Berenguer, y El juego del mono, publicada en Alianza Literaria. También es autor del conjunto de relatos Las botas de siete leguas y otras maneras de morir y, entre sus libros de poemas, cabe destacar Cuadernos del hábito oscuroCalles para un pez luna, con el que ganó el Premio de Arte Joven de la Comunidad de Madrid, y Ella cena de día. También es autor de ensayos y artículos publicados en revistas y ediciones literarias. Forma parte de diversas antologías, la más reciente Pequeñas resistencias 5. Con La fuga del maestro Tartini, Ernesto Pérez Zúñiga ha ganado la XXIV edición del Premio Torrente Ballester que convoca la Diputación Provincial de A Coruña.






Aunque nació en Madrid, creció en Granada. Allí le enseñaron a escuchar jardines que habían sido diseñados para ello por los antepasados nazaríes: como al resto de granadinos, aunque no es algo de lo que se hable habitualmente entre ellos. Uno de sus grandes placeres desde niño era escuchar, en el tocadiscos de sus padres, vinilos de Tchaikovsky y de Chopin. Fracasó en el coro de su colegio pero triunfó asistiendo a los conciertos de Manuel de Falla, desde donde se oyen las luces de la ciudad. El jazz lo descubrió por su cuenta. Un verano, antes de iniciar sus estudios de Filología española en la Universidad de Granada, quiso fundar una república musical en una isla del Báltico, junto a su amigo Joaquín Moya. Con el primer dinero que ganó, se compró un saxo tenor para perseguir a Lester Young, y girar como Thelonius Monk. En compañía de su saxofón, vivió en Málaga, en Ronda y en la Línea, donde fue profesor en un instituto. Después de un verano en la Habana sonera, pasó por Madrid, donde sobrevivió a un accidente de moto. 
Fue entonces cuando decidió no regresar a Andalucía y quedarse en Madrid para centrarse lo más posible en la escritura. Sus ensoñaciones de ganarse la vida como saxofonista no le llevaron a ninguna parte. Mientras tanto publicaba sus primeros libros en Madrid. 

Después de que una de las crisis económicas de nuestra época se llevara por delante la editorial donde trabajaba, se presentó a una plaza de técnico de literatura en el Instituto Cervantes, donde hoy coordina el Departamento de Actividades Culturales. Una buena parte de su sueldo la ha gastado en la aventura de Giuseppe Tartini. Desde que lo descubrió con el comienzo de siglo, ha viajado por Italia y Eslovenia en busca de su rastro: los lugares donde vivió y tocó, cualquier libro que lo mencionara, cualquier disco que lo incluyera. Poco a poco, se fue convirtiendo en el Giuseppe Tartini que imaginaba, pisando el mismo suelo que el músico pisó en el siglo XVIII, silbando la misma música que Tartini compuso en el mismo lugar. El tiempo y el espacio se fundieron en la invención y en la antigua armonía, cíclicamente renovada. Y pudo escribir esta novela. 



Para saber más sobre el autor, puedes visitar su web: www.ernestoperezzuniga.com 

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