tag:blogger.com,1999:blog-88006691748175366642024-03-19T05:24:01.226-07:00La fuga del maestro TartiniAlianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.comBlogger36125tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-14161868914021536472015-01-11T10:55:00.001-08:002015-01-11T10:56:31.346-08:00Presentación de La Fuga en Pirano, la ciudad natal de Tartini<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhemL2D8fgSuNaUMBER7a2U0oFwReEYLnMrEWaLr4PHF5w4Bly4VVlhuKKm8t1Yh_w-fAiu8SgIhhdhbo9OA0a85NKwn_Oe7qTlNqxoomrmPIdi38lg94EziGExgh-Aw4La3btT0qvheA/s1600/Prsentacio%CC%81n+en+Pirano+Revista+el+Trillo+1.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhemL2D8fgSuNaUMBER7a2U0oFwReEYLnMrEWaLr4PHF5w4Bly4VVlhuKKm8t1Yh_w-fAiu8SgIhhdhbo9OA0a85NKwn_Oe7qTlNqxoomrmPIdi38lg94EziGExgh-Aw4La3btT0qvheA/s1600/Prsentacio%CC%81n+en+Pirano+Revista+el+Trillo+1.png" /></a></div>
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<br />Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-41713415778527132052014-09-14T10:36:00.003-07:002014-09-14T10:36:43.494-07:00La fuga del maestro Tartini en Cuadernos hispanoamericanos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinuGy6MLAFuymDa0EQJk8wuUCFGefSEW4gs91J3-4dQSE4qco6MderD7-nmrlFZYepqbL6LaDRoXkFg7U12kjmkVfQAN_NNwnVqm_gAF5gbrlw_4IQNZQeipavT9vuPj6ZeD2ZeiAxVA/s1600/portadadecuadernos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinuGy6MLAFuymDa0EQJk8wuUCFGefSEW4gs91J3-4dQSE4qco6MderD7-nmrlFZYepqbL6LaDRoXkFg7U12kjmkVfQAN_NNwnVqm_gAF5gbrlw_4IQNZQeipavT9vuPj6ZeD2ZeiAxVA/s1600/portadadecuadernos.jpg" height="320" width="226" /></a></div>
El contenido se puede consultar en el siguiente enlace:<div>
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<a href="http://www.ernestoperezzuniga.com/wp-content/uploads/lafugadelmaestrotartiniencuadernoshispanoamericanos.pdf">http://www.ernestoperezzuniga.com/wp-content/uploads/lafugadelmaestrotartiniencuadernoshispanoamericanos.pdf</a><br /><br /></div>
Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-84439621415969513632014-09-14T10:34:00.000-07:002014-09-14T10:34:00.240-07:00La fuga del maestro Tartini, por José Antonio Santano<a href="http://www.elalmeria.es/article/ocio/1855071/la/fuga/maestro/tartini.html">http://www.elalmeria.es/article/ocio/1855071/la/fuga/maestro/tartini.html</a><br />
<span style="background-color: white; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 19px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 19px;"><br /></span>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizI_rt1esgTJ7pvZG_GB-FtdwRtQIqpVMFSHVtCdKqDWGnMyy7pcW6kbklRQazuevV6DheHBuwetrmWIduQ7RVI0QvT1B8zO4T_u6opxwlVgWHVKWvDxB2JlfKmCvwHtIpgQfLb6G1Nw/s1600/porJose%CC%81+Antonio+Santano.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizI_rt1esgTJ7pvZG_GB-FtdwRtQIqpVMFSHVtCdKqDWGnMyy7pcW6kbklRQazuevV6DheHBuwetrmWIduQ7RVI0QvT1B8zO4T_u6opxwlVgWHVKWvDxB2JlfKmCvwHtIpgQfLb6G1Nw/s1600/porJose%CC%81+Antonio+Santano.jpg" height="244" width="320" /></a></div>
<span style="background-color: white; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 19px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 19px;">No es fácil hallar, en los tiempos que corren, una obra literaria tan cargada de sabiduría y oficio, de tan extraordinaria creatividad como la concebida por el escritor madrileño Ernesto Pérez Zúñiga con "La fuga del maestro Tartini". En esta novela, tan bien documentada como escrita, Pérez Zúñiga ha sabido reunir todos los elementos necesarios para plasmar no solo una historia y una trama admirable, sino algo a mi parecer mucho más importante, cual es el hecho de aguijonear, provocar e incitar al lector a entregarse al texto en cuerpo y alma desde la primera página, como si en ello le fuera la vida. En ella hallamos multiplicidad de matices que uniéndolos o interrelacionándolos -historia, aventura, voces narrativas, lenguaje, conocimiento, humanismo, etc- consiguen mantener la curiosidad y la intensidad lectora hasta el final del texto. Pérez Zúñiga, por tanto, no solo nos brinda la oportunidad de conocer la vida del excelente y desconocido músico del siglo XVIII Giuseppe Tartini, a través de una estructura narrativa sólida y fluida en su construcción lingüística, con la alternancia de dos voces narrativas y una exquisita prosa, sino que además nos adentra en la sociedad de la época, en sus vicios y virtudes y nos hace cómplices de los sentimientos y la pasión creadora de Tartini, de su sentido de la libertad o la amistad, del bien y del mal en ese vital encuentro con el diablo en un sueño de eternidad y que servirá para seguir sus dictados hasta componer la célebre Sonata del Diablo, conocida también como "El trino del Diablo". Estética y ética se dan la mano en esta magnífica novela, y recorren los caminos y las ciudades (Venecia, Ancona, Pirano, Capodistria, Venecia, Praga y Padua), y nos muestran las miserias del hombre y la pasión creadora como razón de ser primera y última. Todo se entrelaza y funde en este inolvidable texto, en el que no podemos olvidar el latido feroz en la búsqueda siempre de la belleza a través de los sonidos, de la música en su estado puro. Ni el dolor insoportable de su brazo le restará fuerza a Tartini para escribir, en sus últimos días, su biografía: «Será porque después de varias décadas suena nítida la sonata que compuse en Ancona, también después de un sueño. Serán estas causas las que me determinan a dejar por escrito los hechos de mi vida antes de que se nublen definitivamente y los arrastre una última tormenta». También hallamos al Tartini inconformista, que se enfrenta al poder: «Repugna ver tanta felicidad humillada ante el poder. Siempre lo he detestado, lo prueban cuantas invitaciones he rechazado para ser músico de corte. Si tenía que tocar ante alguien, he preferido hacerlo ante el Dios de la Basílica». Tartini no solo es un genio, un virtuoso del violín, un creador nato, sino un hombre, un ser humano que siente y, sobre todo, ama la libertad: «La estancia, situada en lo más alto del edificio, apenas tendría diez metros cuadrados […]. En esas dimensiones sentía la dicha de la libertad por primera vez en mi vida. Por primera vez, atesoraba el tiempo, el tiempo azul del ventanuco». La música será, después de haber empuñado la espada y conocer la vida monacal, su salvación, gracias a su amigo Vandini, su única pasión, su vida entera: «Antes de Praga, amaba la música en mí; después, aprendí a amar la música en los demás. Esto influyó en mi admiración por la voz humana, que hoy considero el fenómeno musical por excelencia y al que he dedicado mis últimas composiciones». Tartini -el músico y el hombre- es ya otredad, vive en los demás de tal manera que llega a afirmar: «La música más hermosa está en el ser humano, no necesitas mirar a otra parte, Giuseppe Tartini, infierno o cielo, ningún lugar eterno; nada es tan poderoso como nuestra fragilidad; en ningún lugar hay mayor intensidad concentrada; y se hace mucho más grandiosa cuando somos generosos que cuando tratamos de desahogar nuestra desesperación». Ocupa un lugar destacado en Tartini, el sentido de la amistad: «Aquel Vandini de treinta años ya nunca dejó de acompañarme. Él es el mejor violonchelista que haya conocido el mundo», incluso aquella nacida del desencuentro y la rivalidad, caso de Veracini:«Hablamos como antiguos compañeros de las orquestas de Praga y ambos nos reímos de aquella rivalidades a las que hoy no encontrábamos sentido. Brindamos por la serenidad de la madurez y por la autenticidad de la música, el único estandarte que vale la pena levantar». No menos importante es para el personaje principal de esta novela la naturaleza: «En la naturaleza encontré la medida de mi renuncia y una profunda libertad». Tartini camina por la plaza San Marcos, en esa búsqueda por la belleza de sus atardeceres. En su cabeza remolinean las palabras:«Los intervalos musicales se corresponden con las pasiones humanas. El modo mayor, ya se sabe, transmite fuerza, alegría, ardor; el menor, dulzura, languidez, melancolía. La semilla de las pasiones está en todos los hombres. Las diferencias las establecen la educación y las costumbres». Pero sobre todo, Tartini es hombre solidario y generoso con los desfavorecidos, y por esta y muchas razones más se pregunta: ¿Hay mayor dicha que poder compartir día a día los pequeños naufragios de la vida, la conversación, el vino, los amores, los conflictos, los rencores, la risa, la música, con alguien con quien uno tiene extrema confianza, una lealtad que dura más que el amor, un amor que suena en un tono menor pero alcanza las costas más lejanas, no se queda en el camino? Estoy seguro de ello, aunque sea este un tiempo de adoración al dios dinero. Mas nuestro personaje es hombre, y como hombre, mortal: «La pluma de Burney vuelve al tintero y después escribe, suena sobre el papel: La belleza de la música nos salva de la muerte. Se detiene sobre la línea que ha escrito. Tacha: salva. Sobrescribe: alivia». Y, ciertamente a Tartini nadie pudo librarlo de la muerte, y por eso, aún después de su muerte, nos hacemos eco de sus palabras: «Solamente un poquito más de música, por favor, su vuelo desde el aire al oído, desde el oído hacia la alegría interna, hacia el agradecido asombro, solamente un poco más de música». A lo que cabría añadir, respecto a la creación literaria: un poco más de buena literatura, la de esta novela sin fin y de las que están por venir de la pluma de Ernesto Pérez Zúñiga, sin duda una voz sobresaliente en el panorama de las letras españolas.</span>Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-29342647812732450732014-06-14T04:09:00.000-07:002014-06-14T04:12:46.593-07:00"Un poeta bailando en una larga novela", por J. Seoane Riveira<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJc-rxBx6yjyi1LK5q7COKmQj3C80IoB3WUFyPMeyrG5PeG6j59pRGtZvRvy211EjaH2obA-0YYTEBQrCdNB7fPt6BDGA8qhYXKHGrlZA9oFFKQooYZwkMr0XtONBsFMeMXgLb7hzfZw/s1600/Fugas+la+voz+de+Galicia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJc-rxBx6yjyi1LK5q7COKmQj3C80IoB3WUFyPMeyrG5PeG6j59pRGtZvRvy211EjaH2obA-0YYTEBQrCdNB7fPt6BDGA8qhYXKHGrlZA9oFFKQooYZwkMr0XtONBsFMeMXgLb7hzfZw/s1600/Fugas+la+voz+de+Galicia.jpg" height="640" width="452" /></a></div>
Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-1389822698224493312014-03-17T13:08:00.002-07:002014-03-17T14:07:03.581-07:00Viaje al fondo de Tartini, por Pedro Crenes Castro<a href="http://www.papelenblanco.com/novela/viaje-al-fondo-de-tartini">http://www.papelenblanco.com/novela/viaje-al-fondo-de-tartini</a><br />
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<span style="background-color: white; color: #543217; font-family: Cambria, Georgia, Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; font-style: italic; line-height: 24px;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><a href="http://www.ernestoperezzuniga.com/" style="background-color: white; color: #b37f00; line-height: 24px; outline: none; text-decoration: none;">Ernesto Pérez Zúñiga</a><span style="background-color: white; color: #333333; line-height: 24px;"> (1971) es uno de los grandes escritores del momento junto a otros pocos narradores hispanoamericanos. Porque Ernesto no es solo español, es de muchos lados, es de América y es de la Península, del centro, del sur, insular si quiere y hasta panameño. Su arte narrativo se fundamenta en una absoluta pasión por nuestra legua, por la evocación precisa del gesto, del lugar, del aire que narra.</span></span><br />
<span style="background-color: white; color: #543217; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 24px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; color: #543217; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 24px;">Hay momentos sublimes, aterradores, siniestros e inquietantes en esta obra, en esta biografía de las sombras de Tartini. El pulso narrativo, la precisión, la abarcante delicadeza con que el autor va acorralando con ruda belleza al lector, pasan a ser una de las mejores técnicas narrativas que se utilizan hoy en novela. No olvidemos que Ernesto está hecho de poesía, que tiene una mirada marina y una paleta de sensaciones y emociones muy amplia. Su indagación en lo profundo e ignoto del ser humano ya lo vimos bien en “El juego del mono” pero ya estaba en sus cuentos y en sus poemas anteriores.</span>Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-44034625740943236032014-01-17T12:35:00.001-08:002014-01-17T12:35:23.129-08:00Tartini en un idioma sin fronteras. RNE. <a href="http://www.rtve.es/alacarta/audios/un-idioma-sin-fronteras/idioma-sin-fronteras-ernesto-perez-zuniga-presenta-fuga-del-maestro-tartini-premio-torrente-ballester/2217042/">http://www.rtve.es/alacarta/audios/un-idioma-sin-fronteras/idioma-sin-fronteras-ernesto-perez-zuniga-presenta-fuga-del-maestro-tartini-premio-torrente-ballester/2217042/</a>Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-1570797256101736652014-01-17T12:32:00.002-08:002014-01-17T12:32:53.295-08:00"La mano que mata es la misma mano que luego crea, y ésa es la gran transformación de Tartini". Diario de Ávila. <a href="http://www.diariodeavila.es/noticia/Z1DC668C7-0BBB-82FF-F7649CC64245BC21/20140117/mano/mata/es/misma/mano/luego/crea/es/gran/transformacion/tartini">http://www.diariodeavila.es/noticia/Z1DC668C7-0BBB-82FF-F7649CC64245BC21/20140117/mano/mata/es/misma/mano/luego/crea/es/gran/transformacion/tartini</a>Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-63967309018259958132014-01-03T01:52:00.000-08:002014-01-03T01:52:30.094-08:00La fuga en la Casa Museo de Pirano, el lugar de Tartini.<a href="http://www.pomorskimuzej.si/it/news/show/57/un_dono_spagnolo_alla_pirano_di_tartini">http://www.pomorskimuzej.si/it/news/show/57/un_dono_spagnolo_alla_pirano_di_tartini</a>Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-80365116942810968132013-12-30T10:40:00.002-08:002013-12-30T10:41:57.608-08:00"Es la mejor novela que he leído en años". Inma Chacón recomienda en Navidad: La fuga del maestro Tartini<strong style="background-color: white; border: 0px; color: #464545; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 14px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">1.</strong><span style="background-color: white; color: #464545; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 14px;"> </span><em style="background-color: white; border: 0px; color: #464545; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 14px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">La fuga del maestro Tartini</em><span style="background-color: white; color: #464545; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 14px;">, de Ernesto Pérez Zúñiga (Alianza Editorial). Es la mejor novela que he leído en años: me fascina cómo el autor se ha colado en el alma del violinista, cómo se ha vestido de su piel y se ha empapado de su soledad, de sus sueños y de su melancolía.</span><br />
<span style="background-color: white; color: #464545; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 14px;"><br /></span>
<a href="http://cincodias.com/cincodias/2013/12/20/sentidos/1387561794_294509.html">http://cincodias.com/cincodias/2013/12/20/sentidos/1387561794_294509.html</a>Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-26492831064369906392013-12-17T13:58:00.001-08:002013-12-17T13:58:15.009-08:00El Mirador de la Cultura. Entrevista con Daniel Rodríguez Moya en TG7<a href="https://www.youtube.com/watch?v=zkyHwdhdH9w">https://www.youtube.com/watch?v=zkyHwdhdH9w</a>Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-17639934145136431922013-12-04T13:22:00.000-08:002013-12-04T13:22:03.275-08:00El hombre que se convirtió en sonido, por Tino Pertierra, en Mercurio. <a href="http://revistamercurio.es/lecturas/narrativa/el-hombre-que-se-convirtio-en-sonido/">http://revistamercurio.es/lecturas/narrativa/el-hombre-que-se-convirtio-en-sonido/</a><br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1MmzuFIou_pQxxFHaCQvrnX6nNfsoqrS-BZv880ikl-ppMG1ytCVKUmUTZTh_tz4DXT9olUWqckQu5SMNswOBHWkP3GXfS70x4U5OsHjrFov24T5v_LfR42jSNf41_8V7PCzGexxQFQ/s1600/sc00024ead.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1MmzuFIou_pQxxFHaCQvrnX6nNfsoqrS-BZv880ikl-ppMG1ytCVKUmUTZTh_tz4DXT9olUWqckQu5SMNswOBHWkP3GXfS70x4U5OsHjrFov24T5v_LfR42jSNf41_8V7PCzGexxQFQ/s1600/sc00024ead.jpg" /></a></div>
<br />Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-12649460321878237382013-11-29T12:07:00.001-08:002013-11-29T12:07:18.561-08:00Entrevista de Emma Rodríguez en Letras sumergidas<a href="http://lecturassumergidas.com/2013/11/22/ernesto-perez-zuniga-cuando-me-deprimo-cojo-un-libro-de-valle-inclanb/">http://lecturassumergidas.com/2013/11/22/ernesto-perez-zuniga-cuando-me-deprimo-cojo-un-libro-de-valle-inclanb/</a>Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-76500545583763666382013-11-29T12:03:00.001-08:002013-12-02T10:48:08.482-08:00Entrevista de Antón Castro en el Heraldo de Aragón<a href="http://www.heraldo.es/noticias/ocio_cultura/cultura/2013/11/26/quot_diablo_tartini_interior_quot_258425_308.html">http://www.heraldo.es/noticias/ocio_cultura/cultura/2013/11/26/quot_diablo_tartini_interior_quot_258425_308.html</a><br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVmxfd7jE8TjrtvUU-F-cSMRu9QJKu66IxMJ0Ve0-bZgpEEsAOo0VPcEDXFBYh_7-S4YxFfnIbGu14FEADqJLUP7bUOQNp3qlLO8r94jh8UFAZ4Mp9EEPJrNk3W9Djl6rPTaBhxRtRqQ/s1600/heraldo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVmxfd7jE8TjrtvUU-F-cSMRu9QJKu66IxMJ0Ve0-bZgpEEsAOo0VPcEDXFBYh_7-S4YxFfnIbGu14FEADqJLUP7bUOQNp3qlLO8r94jh8UFAZ4Mp9EEPJrNk3W9Djl6rPTaBhxRtRqQ/s1600/heraldo.jpg" /></a></div>
<br />Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-41359422487097727582013-11-29T11:55:00.002-08:002013-11-29T11:55:59.691-08:00Entrevista de Juan Carlos Morales en Libros de Arena<a href="http://www.rtve.es/alacarta/audios/libros-de-arena/libros-arena-ernesto-perez-zuniga-fuga-del-maestro-tartini-16-10-13/2068345/">http://www.rtve.es/alacarta/audios/libros-de-arena/libros-arena-ernesto-perez-zuniga-fuga-del-maestro-tartini-16-10-13/2068345/</a>Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-89280398559313689002013-11-29T11:53:00.001-08:002013-11-29T11:53:10.833-08:00Entrevista de Carmen Sigüenza: El poder transformador de la belleza<a href="http://www.ideal.es/agencias/20130919/mas-actualidad/cultura/el-maestro-tartini-perez-zuniga_201309191612.html">http://www.ideal.es/agencias/20130919/mas-actualidad/cultura/el-maestro-tartini-perez-zuniga_201309191612.html</a>Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-64771359607051713662013-11-29T11:50:00.004-08:002013-11-29T11:50:41.938-08:00Entrevista de Karina Sainz Borgo en Vozpópuli<a href="http://vozpopuli.com/actualidad/32684-perez-zuniga-la-fuga-del-maestro-tartini-es-una-historia-contemporanea">http://vozpopuli.com/actualidad/32684-perez-zuniga-la-fuga-del-maestro-tartini-es-una-historia-contemporanea</a>Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-28028176784867035692013-11-29T11:48:00.001-08:002013-11-29T11:48:19.824-08:00Entrevista de Marta Robles en Efe: Tartini entre comillas<a href="http://www.ivoox.com/entre-comillas-n-30-audios-mp3_rf_2601266_1.html">http://www.ivoox.com/entre-comillas-n-30-audios-mp3_rf_2601266_1.html</a>Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-61981032223071756062013-11-24T11:34:00.005-08:002013-11-24T11:34:49.597-08:00Tartini en Zaragoza, el martes 24 de noviembre, con Manuel Vilas<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgA5MZ6gsondpw8-5NOM8IJEEtyF9SZg5nRjtJFVmauw0YLz4sCWymcn1iWrGqpPkIbVPJObMf_KrfkGr9bsXVF8jocIb7SYfmnEsER9dD7UYJULc-J6AZz1-WMYCYRnizr2yEYMnYsRQ/s1600/tartini_invita_zaragoza_.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgA5MZ6gsondpw8-5NOM8IJEEtyF9SZg5nRjtJFVmauw0YLz4sCWymcn1iWrGqpPkIbVPJObMf_KrfkGr9bsXVF8jocIb7SYfmnEsER9dD7UYJULc-J6AZz1-WMYCYRnizr2yEYMnYsRQ/s640/tartini_invita_zaragoza_.jpg" width="640" /></a></div>
<br />Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-8715183395962750562013-11-18T11:52:00.001-08:002013-12-11T01:46:39.980-08:00La sonata de un sueño, de Guillermo Busutil<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://www.opinionmalaga.com/especiales/libros/2013/12/05/la-sonata-de-un-sueno/">http://www.opinionmalaga.com/especiales/libros/2013/12/05/la-sonata-de-un-sueno/</a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQ9SIEGR3jhKOlhvYJm-bAmtNQ7BCJPvExEmIK_Fcc3xsJAf8kqW_YoXQNHW7vQZ-g1kcHUWBzZ4sbY8LIP6cT6L2Xgn63nHsqsiVuQI6cnzeEj_QWFB3srHbqd_sSh6IOSWau9WAxCw/s1600/Cri%CC%81tica+Busutil+para+el+blog.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQ9SIEGR3jhKOlhvYJm-bAmtNQ7BCJPvExEmIK_Fcc3xsJAf8kqW_YoXQNHW7vQZ-g1kcHUWBzZ4sbY8LIP6cT6L2Xgn63nHsqsiVuQI6cnzeEj_QWFB3srHbqd_sSh6IOSWau9WAxCw/s1600/Cri%CC%81tica+Busutil+para+el+blog.png" /></a></div>
<br />Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-6829550801179049062013-11-18T11:40:00.004-08:002013-11-18T11:41:48.608-08:00La fuga del maestro Tartini, por María Méndez. <a href="http://resenyasliterarias.blogspot.com.es/2013/11/la-fuga-del-maestro-tartini-de-ernesto.html">http://resenyasliterarias.blogspot.com.es/2013/11/la-fuga-del-maestro-tartini-de-ernesto.html</a><br />
<br />
<div style="font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Giussepe Tartini fue un virtuoso violinista y compositor del barroco italiano, autor de la famosa sonata “El trino del Diablo”. Siglos después, un día del año 2006, esta pieza sobrecoge a Pérez Zúñiga, y le lleva primero a investigar sobre el músico y luego a escribir la novela.</span></div>
<br style="font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px;" />
<div style="font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">La acción se sitúa entre los años 1769 y 1770. En los últimos meses de su vida, Tartini apenas duerme, pues “es la ansiedad de no morir la que lo mantiene despierto”. Por una macabra paradoja, la gangrena se extiende por su brazo derecho, el mismo brazo con que manejó magistralmente tanto el arco de su violín como la espada de su juventud apasionada. Ya muy enfermo, escribe sus memorias.</span></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Escrito en primera persona y en presente, el texto tiene dos voces narrativas: la de Tartini, que se sitúa en el siglo XVIII, y la del autor, que narra desde nuestros días. Éste último aporta una visión estereoscópica al relato, pues “se convierte” en caballo, o en soldado, o en cuerda o en viento o en cualquier cosa o persona que el autor pueda utilizar para 'inventar' justificaciones o visiones complementarias de los hechos que ha narrado ya, o que va a narrar a continuación.</span></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: justify;">
<br /></div>
<a href="" name="more" style="font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px;"></a><br style="font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px;" />
<div style="font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">La lectura nos lleva hasta excusar, o al menos comprender, cada vez mejor al personaje, tan humano, tan honesto consigo mismo y por eso mismo, tan egoísta. Es la egolatría del creador, del artista, que le lleva incluso a traicionar y herir a los que más quiere. Tartini elige un destino intenso y desprecia al cobarde “que no ha sabido ser libre” (pág. 342), pero piensa que solo pudo componer su mejor obra (las 'Sonatas del Tasso') “... porque estaba libre de sí mismo y sabría recoger lo que todos compartimos: el sueño de la aventura y el regreso” (pág 358).</span></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">El sueño es una constante de esta novela. A nuestro protagonista le inquieta haber compuesto “El trino del Diablo” después de haber oido la música de un sueño de juventud (pág.122), y pone en boca del protagonista varias veces que “Uno es lo que sueña, fue lo que hizo, será la unión de obra y sueño”. El relato, una autobiografía novelada, está repleto también de ensoñaciones poéticas a modo de efectos especiales, que aportan acción al texto con acierto.</span></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">El lector además asiste al proceso de creación de la novela por parte del autor. Por ejemplo, en la página 134 leemos “...esa sonata que transcribiste al despertar, la 'Sonata en sol menor', fue la que me hizo fijarme en ti mucho antes de que existieras y anduvieras en estas palabras, Giuseppe; no sigo las reglas aparentes del Tiempo, viajo aquí y allá,...” (pág 134). Incluso compartimos la propia investigación del autor, como cuando está documentándose en la iglesia de Asís en la que trabajó Tartini y hace un paralelismo entre la fe en el poder de los santos y en el poder de “los superheroes soñados en Estados Unidos...” (pág.105).</span></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Este libro tiene dinamismo, color, sorpresa narrativa, personajes afilados, universos de ligereza y melancolía redondos en su ritmo. Gustará sin duda a los amantes de la belleza poética y de “la gran transformación que es siempre interior”.</span></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">En la página 401, Tartini dice que “es una lástima no ser consciente (…) sino al final de la vida”, pero quizá es el esfuerzo de escribir la verdad propia, la palabra escrita, la que nos hace conscientes; si así fuera, todos estamos a tiempo.</span></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: justify;">
<strong><span style="color: #660000;">María MÉNDEZ</span></strong></div>
Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-10844084904551053992013-10-29T04:06:00.000-07:002013-10-29T04:06:00.162-07:00"Una tarde con Tartini", por JOSÉ BALZA. Leído en Caracas, el 20 de Octubre, en la Librería Lugar Común<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">UNA
TARDE CON TARTINI <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">El
siglo XXI me trajo una de las noches más completas que he conocido. Fue la del
20 de octubre en el 2004. Primero, porque efectivamente me retiré al hotel a
las cinco de la mañana, después de incesantes copas, de conversaciones como
diamantes y porque dentro del grupo de sus amigos (Nicolás Melini, la joven
africana Mama, venida del Casamance), Juan Carlos Méndez me presentó a Ernesto
Pérez Zúñiga.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Al
despertar encontré la misma agudeza de seda que tenía su conversación en los poemas
y cuentos de sus libros iniciales (2002) <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Calles
para un pez luna</i><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las botas de siete leguas</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Desde
entonces he sido su maniático lector. Poesía y ficción, en él, son para mí
verdaderas compensaciones en este vasto y extraviado mundo de la lengua española.
Narrar como si se pudiera (él puede) encontrar palabras comunes pero no dichas;
narrar complejas historias que se deslizan desde y hacia sus más inesperados
ángulos: he allí una de las razones para esa aludida recompensa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Su
primera novela, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Santo diablo</i>, es un
gran mural sobre las luchas sociales en una provincia imaginaria. Diversas
realidades narrativas le dan cuerpo: los cultivos y la tierra solitaria, los
difuntos que mueven cacharros en las casas, política y supersticiones. En otro
lugar he destacado cuán diestra es la mano de Pérez Zúñiga para crear sus
mujeres, como las de ese libro. Su héroe es una excitada presencia de
inclinación revolucionaria, de angustia ante<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>lo erróneo de la misma<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y la
necesidad de justicia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Su
nueva novela, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El segundo círculo</i>,
título de inspiración dantesca, se me ha convertido en una obra de terror
incomparable, natural y elusiva. El argumento hace convivir a unos niños, junto
a sus padres, en un modernísimo lugar de vacaciones. Esta vez los muertos son
cotidianos y transparentes, saben de las estrellas de cine (Brad Pitt, Marilyn)
y realizan el sacrificio ritual sin que podamos renunciar a la complicidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">En la
tercera novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El juego del mono</i>,
alguno de sus personajes anota: “Quiero escribir lo que me ha dicho esta noche
ese loro, ese pesado: el inconsciente”. Gibraltar, el Peñón, un recorrido por
sótanos, prisiones, sueños, borracheras y el azogado movimiento de los monos
determinan un libro de suspenso y análisis.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 27.0pt; text-align: justify; text-indent: -27.0pt;">
<span lang="ES-VE" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Así que estamos ante la cuarta novela de Ernesto Pérez
Zúñiga, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La fuga del maestro Tartini</i>,
que podemos comenzar a leer desde hoy. Fue escrita durante seis años, entre el
2006 y el 2012. En ese lapso, cuando Ernesto me concedió el privilegio de leer
sus originales le escribí estas líneas:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 27.0pt; text-align: justify; text-indent: -27.0pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Sí, querido Ernesto, ya he leído tu <i style="mso-bidi-font-style: normal;">sonata
y fuga</i>. Un libro abismal. Te consumió años y propició viajes y no sólo te
transformó en el músico sino que éste termina meditando mil cosas tuyas, como
debía ser después de tan prolongada vigilia (o sueño).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 27.0pt; text-align: justify; text-indent: -27.0pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">También es un libro de fascinante erudición (maderas: bosques,
instrumentos; historia e invención: fuerza y dilución de las tradiciones
expresivas, retratos –Veracini, Vivaldi, Marcello, Albinoni, etc-; calles
minuciosas, ciudades, edificios, casas, comidas, ropa: una verdadera
reconstrucción del XVIII, desde el cual crece el alto relieve de las grandes
personalidades en tu novela: Tartini y su chelista, Berloc o el recóndito
testigo, Elisabetta y las otras, madre y hermanos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 27.0pt; text-align: justify; text-indent: -27.0pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Un dinámico empleo de<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>cronologías: la del testigo actual (la del infinito y proteico Berloc),
aquella que conduce la mano manchada (Tartini escribiendo su vida) y la de los
sucesos “reales”. Sobre estos van acercándose los orígenes del músico y su
final o su presente. ¿Cómo no enloqueciste cambiando de una a otra? Porque el
equilibrio entre ellas es admirable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 27.0pt; text-align: justify; text-indent: -27.0pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Un libro muy diferente de tus otras novelas y sin embargo unido, por lo
menos, a dos de tus fuertes obsesiones: una <i style="mso-bidi-font-style: normal;">tónica</i>:
la pasión por la figura Sombría, y otra compositiva: la narración descompuesta
desde un enigmático observador.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 27.0pt; text-align: justify; text-indent: -27.0pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Me dejo llevar por los trozos de registro mayor (que cada lector sentirá,
a su elección, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en diferentes zonas del
texto): la percepción de “la música de los sonidos”, la magnífica tensión del
carnaval, el encuentro con Veracini –sobre todo después de eso; el sello de
sangre, la preparación para la muerte. Y, desde luego, por el diálogo
permanente entre tu historia y diversos creadores: Leonardo, Mann, Kafka.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 27.0pt; text-align: justify; text-indent: -27.0pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">En fin, querido Ernesto, un gran libro, flexible –inesperadas
variaciones sobre su protagonista, sobre nosotros los de hoy; <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>interrumpible –porque están bien aplicadas las
resonancias de Dickens: volver a puntos clave de la acción, a resumir cada
cierto tiempo esas pequeñas señales que cobran fuerza como carne y pasado de
cada personalidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 27.0pt; text-align: justify; text-indent: -27.0pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Como lo he dicho en diversas oportunidades, desconfío
de la llamada “novela histórica”. Creo que el sentido de la ficción es
despertar, a través de personajes, situaciones y tramas, contenidos no visibles
de la condición humana. Aunque el sentir de Edipo o de Electra está en el
origen sólo hemos podido fijarlo cuando un trágico griego lo revela o cuando
Freud lo devuelve al inconsciente y viceversa. La libertad o la maldición de
elegir, el reino de la duda, nos cercan a cada minuto, pero nunca nos hacen
despertar como cuando Hamlet los convoca. La multiplicidad que somos (intestino
e ideal, valentía y burla, gordura y delgadez simultáneas, etc) se hace
implacable después de que Sancho y el Quijote<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>asoman en nosotros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">La ficción es nuestra brújula para detectar, reflejar
y revelar lo incierto. Y para darle nombre. Para mí, por lo tanto, carece de
interés que un novelista dedique su tiempo a recrear vidas o seres, por muy
heroicos, extraños o importantes que hayan sido sus vidas. Al hacerlo se
condena: restará siempre en vez de sumar y al contar con la complicidad
histórica del lector, confiesa la debilidad de su talento para arriesgarse a la
obra que lo esperaba. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Guerra y paz</i>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los Miserables</i> siguen siendo fascinantes
por Natasha o Jean Valjean, no por<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Bonaparte y sus guerras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Tampoco creo que la modernidad nos haya reducido por
completo a ser “el hombre sin atributos”,<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>“don nadie” o en masas amorfas. Mucho de eso existe y la telenovela lo
consagra. Pero aun<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>así el individuo
–nosotros- pervive y sus delirios, deseos, defectos o errores no caducan. La
novela contemporánea quizá no<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pueda o
necesite elaborar otro denso y complejo acumulamiento de significados para
realzar un símbolo. Pero en ella un impulso, un sentimiento –por ejemplo, hacia
la sexualidad, la justicia- aunque común, extendido, no impide al autor
proponer y desafiar temas vitales.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Somos comunes; solo vivimos el
presente, lo demás desaparece hasta que podamos evocarlo. Lo insólito es que
este <i>ahora</i> carece de sostén y de proyecciones sino se afianza (para
negarlo, reconsiderarlo o aprovecharlo) en las experiencias anteriores y en la
intuición del mañana.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Reconocer lo implacable y la
desmesura del tiempo en su transcurrir, es decir, estar atentos a cada segundo
y cada milímetro del presente –estos minutos, esos instantes; todos las horas,
todos los lugares- me lleva a la noción más difícil de notar y sin embargo la
que actúa más directamente sobre cada persona común como nosotros y como
nuestros posibles personajes: la noción de <b>libertad. <o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pero si damos por descontado que vivimos en
ella, que la poseemos, podríamos hacerla peligrar. Ser libre, entonces, es algo
que ocurre por y durante nuestros actos más insignificantes; fluye en lo
interior de cada quien (al practicar<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>horarios,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>conducta,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>amigos,<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>profesión), aunque corresponda a un hecho que se produce con las
posibilidades que nos ofrece la vida exterior. Y allí está el inmenso secreto
de la libertad: la hacemos al hacer y pensar, pero nos hace porque ella deriva
de una relación colectiva: con nuestra familia, nuestro grupo, el pueblo o la
ciudad, los servicios públicos, el gobierno local y nacional, los editores, los
lectores; por el conocimiento de las noticias, de los libros, del mundo
electrónico, la política, la producción, la moda; al crear una novela, un
relato.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Dicho de otro: hasta<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el más íntimo de nuestros actos (hacer el
amor, pensar) se corresponde con el ejercicio de la libertad. Y desde allí
tiene que volcarse, realizarse también dentro de la esfera más pública:
estudiar, escribir, elegir gobernantes, exigir el bien y el desarrollo social.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Practicar la libertad es nuestra
profesión diaria. De allí que nuestro máximo tesoro sea el<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>presente, este presente: reino único, reino
absoluto de <b>la libertad. </b>La libertad sólo existe en presente, no debe
ser añorada o postergada, eso sería desvirtuarla. Si <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la sentimos de manera fragmentaria es porque
está en peligro de ser destruida por completo. Libertad: límite equilibrado
entre lo más profundo y lo exterior del individuo; frontera entre la ética, la
vida colectiva, el bien social.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Única frontera im/posible del autor
para crear sus personajes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Con esto quiero significar que, a pesar del método y
del personaje, Giuseppe Tartini, concentrados en este libro de Pérez Zúñiga, no
estamos ante una habitual novela histórica, aunque nada pierde si así<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la designaran los periodistas. Es más: bien
puede ser calificada como futurista o fantástica (su observador la dirige desde
el siglo XVIII; pero también desde hoy y desde otro futuro)<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Bastaría recordar a Juanmaría, el protagonista de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Santo diablo</i>, en quien renace la
obsesión por la libertad, la revolución y la justicia, quien va al sacrificio
aunque descrea en lo hondo del sueño revolucionario. El supremo ideal de la
libertad lo conduce allí, pero el hombre no es ajeno al<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>incierto alcance del mismo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">O recordar<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la
fusión (¿qué nos impide -un papel celofán, un gel, un cristal, nada-<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>atravesar la muerte, reconocernos en su
cotidianidad?) del presente y sus dispersiones espaciales y temporales, como
ocurre al niño de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El segundo círculo</i>,
para saber que Pérez Zúñiga nos sumerge en la sustancia del tiempo, del mismo
modo como pudimos percibirlo en las imágenes últimas del film<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> 2001: una odisea del espacio</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">El juego del mono</span></i><span lang="ES-AR" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">, con sus personajes sórdidos y su paisaje, bien puede
ser una síntesis de nuestra realidad actual: des/enseñanza en los colegios,
drogas, trampas, hipocresía, inocencia. Pero su solo título ya nos hace
revertir el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">juego</i> supremo de Hermann
Hesse (la virtualidad de religión, política, música, matemáticas) en la exacta
perfección formal del error, de la cotidiana perplejidad.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Me estoy extendiendo demasiado y ahora quiero volver a
las páginas que leerán<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ustedes: este <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tartini</i>. En efecto, el personaje vive en
una eterna fuga (desde su hogar, desde el convento, de una ciudad a otra, de un
concepto de la música al nuevo, según él), pero también la novela está
compuesta como un prolongado contrapunto, cuya solución es la vida misma: el
contrapunto entre el Vasto Espíritu (del mal, de la sabiduría, del tiempo) y la
experiencia de un hombre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">No estamos ante una habitual novela “histórica”, dije
antes. En principio porque ha sido escrita por un artista que sabe des/hacer la
prosa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Sí, por supuesto, una novela parte de una o varias
vidas que están en la realidad de acá (en los sucesos diarios, en la política).
Y así, al<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sintetizarlas, puede construir
otra figura compleja. Lo vemos en Dickens, James, Proust y Thomas Mann.
Incluso, un hombre común o “histórico” pudiera ser ese modelo que, al
convertirse en personaje novelesco, adquiere dimensiones inesperadas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Todo lo contrario ocurre cuando el novelista aprisiona
en su obra a un hombre o una mujer concretos. Sobre todo si los identifica con
nombre y apellido. Entonces, queriéndolos ampliar, va reduciendo, bajo su
inexorable percepción,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>los clava como a
un insecto en una imagen que, con los días o los años, paradójicamente se
estrecha cada vez más. (Ya mencioné al muy limitado Napoléon de<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Guerra y paz </i>o al de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los miserables</i>)<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">En el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tartini</i>
de Ernesto<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>su estirpe viene resguarda
por ficciones puras sobre planos de la Historia. Entre ellas, las <i>Etiópicas</i>
de Heliodoro de Emesa, escritor sirio, que escribe en griego, en el siglo III
d.C. Y donde, sobre un tapiz de guerras, la pareja de Teágenes y Cariclea lleva
al paroxismo una defensa de la mutua virginidad.<i><o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><i><span lang="ES-AR" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Salammbó</span></i><span lang="ES-AR" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">,
publicada por Flaubert en 1862, que prefiero a Bovary, aunque mis amigos se
hayan burlado siempre de tal preferencia. Y cuya cumbre, el choque entre la
lujuria y lo sagrado, sea más relevante que los detalles de la primera guerra
única en el Cartago del siglo II.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><i><span lang="ES-AR" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Memorias de Adriano</span></i><span lang="ES-AR" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">, editada como folletín desde 1948 y recogida en el
famoso libro de 1951. Triunfos políticos, amores, amistad, arte, poesía, viajes
son evocados por el emperador ante la proximidad de la muerte. “Cuando no hubo
dioses ni Cristo, sino el hombre solo, entre el lapso de Cicerón y de Marco
Aurelio, alguien afronta esa soledad, esa melancolía” parece decirnos
Yourcenar<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en esta novela.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><i><span lang="ES-AR" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Los idus de marzo</span></i><span lang="ES-AR" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;"> (1948) de Thornton Wilder en que, de nuevo, se evoca
o se vislumbra la muerte de un emperador. Reveló el autor que,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>para escribirla, había utilizado cartas y
documentos de Hitler y Mussolini. Y no obstante, él mismo ha confesado que se
trata de una “fantasía”.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><i><span lang="ES-AR" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Cumboto </span></i><span lang="ES-AR" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">(1950)
de Ramón Díaz Sánchez, en que se despliegan los días de la esclavitud en las
costas venezolanas, junto a misterios y ritos negros. Pero allí un idilio
mestizo irradia con mayor energía que todo aquello.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Son muchas más, pero esas resultan ser mis
predilectas. Como el presente <i>Tartini</i> de Ernesto Pérez Zúñiga. Ésta y
aquellas bien pueden ser llamadas novelas “históricas”, pero casi estoy seguro
de que nadie vuelve (volverá) a leerlas sólo por sus detalles o personajes
históricos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">En este Tartini, como es obvio, nos interesa el
proceso de una vida y, sobre todo, el vínculo entre esa vida y, ya que la
leyenda lo exige así, la tentación, el Mal. Si antes destaqué el pulso de Pérez
Zúñiga para crear personajes femeninos, ahora remarco el poder de su escritura
cuando crea a Juanmaría o a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">su </i>Tartini.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Ese interés quedará satisfecho con algunas
metamorfosis, experimentadas por dos sus protagonistas, en el tiempo y en
sitios identificables ayer y hoy. Pero es la clave lanzada desde el título el
punto donde la figura de Tartini, la vida y el arte de Pérez Zúñiga, el
complejo camino hacia los símbolos y su encarnación vulgar, lo común de
nuestras vidas, todo ello, se convierte en un gran tema de hoy.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><span lang="ES-AR" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Ha hallado Ernesto la manera de mostrarnos una de
aquellas posibilidades que la narración permite como superación de la simple
“novela histórica”: a través de un pequeño individuo, músico grande, pedante
pero inseguro y la oscura eternidad que lo mima, lo avasalla. ¿No se trata
acaso de un género novedoso y aún escaso: el de la nivola, el de la
filosoficción, el de la informatificción? (</span><span lang="ES-VE" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Uso</span><span lang="ES-VE" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;"> </span><span lang="ES-VE" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">estos</span><span lang="ES-VE" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;"> </span><span lang="ES-VE" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">términos</span><span lang="ES-VE" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;"> </span><span lang="ES-VE" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">mientras</span><span lang="ES-AR" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;"> encontramos </span><span lang="ES-VE" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">otros</span><span lang="ES-VE" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;"> </span><span lang="ES-VE" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">más</span><span lang="ES-VE" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;"> </span><span lang="ES-VE" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">exactos</span><span lang="ES-AR" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;"> o eufónicos)<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Al contrario que en sus otros libros, donde el ascenso
anecdótico nos deslumbra al final, aquí la trama se establece con pasajes
domésticos y sobrios e intensos momentos de temblor. Dentro de estos últimos
destaco el episodio del duelo violinístico entre dos grandes: Tartini y
Veracini. Son páginas que arden y suenan, mientras los dos genios desafían a la
belleza,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la libertad y al mal
compitiendo. La escena es deslumbrante porque allí afrontamos a la imaginación
pura de Pérez Zúñiga.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">(Imaginación que nos ha venido proponiendo desafíos
como estos:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">- “tarde o temprano a todos la desdicha nos iguala”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">-“Mi propio nombre también es un disfraz”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">- “Pisé la estrecha senda de la perfección, donde no
hay nada, nada, nada”.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">-“Misteriosas voces parecen vivir en los sucesos
sonoros”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">-“¿Qué es un amor realizado salvo esto?: orbitar en
torno al amor al mismo tiempo que el amor orbita en torno de uno”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">-“Escuchábamos sin párpados”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">-“Siempre, detrás de una gran ambición, nos espera,
oculta, una gran ironía”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">-“Su profundidad no debe nada a nadie”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">-“No es el hombre el que necesita ser redimido en este
mundo sino el mismo Dios”.) <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">He imitado el método del novelista al alternar algunos
asomos o percepciones sobre este libro, tal como en el movimiento fugado de una
pieza pudieran ser alternadas las voces.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Porque el gran tema propuesto con el título del libro
va disminuyendo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en orquestación y
sonoridad desde que se enuncia: en efecto, Tartini desarrolla procedimientos
nobles y establecidos para componer y en ese aspecto la novela rinde tributo al
arte de la composición. A la fuga.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Luego advertimos que el protagonista no cesa de
moverse, con o sin razones; de manera justificada o absurda: su conducta puede
ser una incesante fuga emotiva o intelectual.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Pero nosotros, los de hoy, al leer, quizá no
advertimos<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que más allá de la
fascinación por el arista, por su música y sus avatares, también vislumbramos
algo que nos perturba en esa movilidad: ¿por qué ese impulso incesante –en él;<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hay un real cambio al cumplirlo –en él; qué
nos impele, persigue o amenaza –a nosotros? ¿Huimos al movernos o dentro de
nuestra vida fija, anclada en un apartamento, en la oficina, en una calle? ¿En
estos tiempos, qué nos desaloja? Viajamos, nos divertimos, somos diferentes
¿nos acosa un complejo de ser<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>lo mismo?
¿No consiste la emoción, el secreto, la imposibilidad o la realización de la
fuga en un centro mayúsculo de lo que somos simplemente? ¿Sólo nos queda la
fuga –real o imaginaria- como forma de libertad?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">¿Cuánto de Tartini o de la iluminación que nos trae
Pérez Zúñiga podemos comprender?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-AR;">Y ya que hablé de informatificción, ¿no pudo ser esta
novela escrita por nuestro José Antonio Ramos Sucre: para quien<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“el mal es un autor de la belleza”?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 18.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 18.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
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<br /></div>
Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-26442543835206660542013-10-28T12:29:00.002-07:002013-10-28T12:29:28.420-07:00El gran Giuseppe Tartini. Entrevista de Teresa Yusta en Hágase la luz, de Radio Euskadi<a href="http://www.eitb.com/es/audios/detalle/1688322/el-gran-giuseppe-tartini/" target="_blank">El gran Giuseppe Tartini. Entrevista de Teresa Yusta en Hágase la luz, de Radio Euskadi</a>Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-69927950848262898552013-10-23T01:29:00.000-07:002013-10-23T01:29:28.528-07:00TARTINI EN EL BAR “Q” DE SHIBUYA —a propósito de La fuga del maestro Tartini de Ernesto Pérez Zúñiga— Ednodio Quintero
<br />
<div align="CENTER" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="RIGHT" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="CENTER" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
1.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
Mi
primer encuentro con Giuseppe Tartini (1692-1770), el genial
violinista del barroco italiano, tuvo lugar allá por 1983 en una
ciudadela melómana del barroco tardío: Mérida, mi herida. En
aquella década ochentosa, perdida para la literatura pero ganada
para el ocio creativo que lanzaba ondas hacia un futuro incierto,
pasaba yo las horas y los días escuchando música de rock, Pink
Floyd y otras malas juntas, y la así llamada música clásica con
predominio casi total del gran maestro Johann Sebastian Bach y sus
cantatas magistrales. Por una de esas afortunadas coincidencias
astrales unida a mi golosa curiosidad descubrí a Tartini, me fascinó
su fáustica leyenda y caí en las redes de sus sonatas para violín,
en particular “Il trillo del diavolo” y “Didone abbandonata”.
En ellas encontraba resonancias del “demonio” que tantas veces me
había tentado y de la infortunada amada de Eneas, que era apenas una
muestra de mi desbordada pasión por la mitología grecorromana. Que
un joven Tartini hubiera tenido un sueño con el diablo en el cual el
Familiar, como lo llaman en el páramo de Trujillo, interpretó en el
violín del atribulado soñador una melodía imposible, y que Tartini
al despertar se hubiera visto en la alternativa de abandonar su
prometedora carrera al sentir que nunca alcanzaría el grado de
perfección de aquel señor venido de las tinieblas infernales, a mí
me fascinó. En mi melomanía de aquella época, cada vez que salía
al campo o a la selva en mis labores de Agrimensor —en mi
particular y profesional puesta en escena de <i>El Castillo</i> de
Kafka—, llevaba conmigo un par de cajas con cintas grabadas para
escuchar en mi walkman la música que me hacía soñar. Y una noche
de aquel año, en el bosque nublado de La Azulita, embutido dentro de
mi <i>sleeping</i>, me quedé dormido escuchando “Il trillo del
diavolo” de Tartini. Ah, y tuve un sueño, señoras y señores, un
sueño espectacular que nunca olvidaré. No soñé con el demonio ni
tampoco con Tartini, soñé con un simpático astronauta, con maneras
de homínido y rostro de Neandertal, venido de un planeta muy lejano,
que me entregó un precioso presente: una pequeña escultura de un
animal parecido a una danta, y para corresponder a su gesto le regalé
un busto en miniatura de Beethoven. Apenas estoy esbozando un sueño
que siempre me ha intrigado. Y ahora, treinta años después,
encuentro en la estupenda novela de mi súper amigo Ernesto Pérez
Zúñiga una frase que me da una primera pista para comprenderlo:
“Pobre Giuseppe, acaba de nacer Beethoven” (p. 388).</div>
<div align="CENTER" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
2.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.64cm;">
En noviembre de 1988, esta vez sin percibirlo a primera vista, tuve
un segundo encuentro con Giuseppe Tartini, es decir con un trasunto
suyo, quizá con su doppelgänger. En una plaza de Madrid conocí a
Ernesto Pérez Zúñiga, un joven elegante en sus 27, vestido con un
sobrio y gris plateado gabán inglés y un sombrero Borsalino. En
lugar de un violín portaba un portafolio repleto de libros, y para
despistar se dedicaba al noble arte de la edición. Por una de esas
afortunadas afinidades electivas nos convertimos desde el primer
momento en amigos, en Altos Panas, hasta el día de hoy. Hemos
coincidido en Guadalajara, Chilangolandia, Mérida, Sevilla y Madrid
en diversas y muy variadas circunstancias, compartiendo gustos, vinos
y lecturas, disfrutando la alegría de vivir. Nuestro penúltimo
encuentro se produjo el año pasado en la canícula de Tokio, la
ciudad de mis amores, que también a Ernesto ha hechizado como si un
cupido nipón lo hubiera herido con un dardo untado con el aceite de
un pez llamada <i>fugu</i>. Subía yo cerca del amanecer por las
escaleras de un antro subterráneo de Shibuya, llamado Bar Q, colgado
del hombro finamente torneado y casi transparente, con textura de
piel de cebolla capaz de producir escalofríos, de una chica
deliciosa que acababa de conocer y que dijo llamarse Annabel Lee, una
china recién llegada de Shangai, cuando vi entre la niebla vaporosa
de mi embriaguez a Ernesto trajeado con su ligero gabán y su
sombrero Borsalino. Recordé entonces que en su inolvidable viaje a
Tokio mi amigo del alma había frecuentado aquel mítico bar, y
entonces para que el hechizo no se rompiera opté por saludarlo
ligeramente con una inclinación de mi Stetson y Ernesto me brindó
una sonrisa cómplice.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.64cm;">
<br />
</div>
<div align="CENTER" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.64cm;">
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
3.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.64cm;">
Dicen que a la tercera va la vencida. Siempre quise escribir un
relato que diera cuenta de mi sueño con Beethoven y el astronauta,
inspirado en la sonata de Tartini —inspirada en su sueño con el
Enemigo Malo. Y para mi alegría y contento, aparece este regalo de
Ernesto: su última y estupenda novela: <i>La fuga del maestro
Tartini</i>. Será mucha la tinta que se derramará hablando de esta
<i>opera magna</i> de Ernesto Pérez Zúñiga, muchos los tuits, las
menciones en facebook, incontables los emails. Mi visión será (es),
sin embargo, íntima y particular, y en ella se me hace difícil
separar al autor —que en mi universo personal representa uno de mis
personajes favoritos— del supuesto biografiado, el maestro Tartini.
Para empezar, no estamos en presencia de una novela histórica al
uso, aun cuando aparezcan incontables hechos cuya “realidad” se
pudiera constatar. El autor se sumerge en un proyecto ambicioso y
riesgoso en el cual lo estrictamente histórico es apenas la armazón
o la excusa para exponer una teoría de la novela y llevarla a la
práctica. La narración de los hechos, reales o imaginarios, resulta
amena, rica en matices, salpicada de humor y erudición, con toques
de picaresca, y es conducida como si se tratara de las verdaderas
memorias de Tartini transcritas por uno de sus más fervientes
admiradores… Pero… al mismo tiempo, en capítulos alternos
aparece otra voz que va cuestionando lo escrito por Tartini,
ampliando y matizando su testimonio. Y esta otra voz va adquiriendo
protagonismo, y el lector que va entrando en el juego, en aquel
“contrato” del que hablaba Cortázar —lanzado por el corredor
del lenguaje, lo que hace que la novela se lea casi sin pausa—, el
lector, digo, percibe que esa otra voz proviene del pacto fáustico
que desde su juventud signara el destino del genial músico. Y así,
cuando ya nos hemos familiarizado con el espíritu o demonio que
contribuye a enriquecer la narración, y en cuya exposición no hay
lugar para los límites pues su mirada todo lo abarca y su atributo
principal como la de su contrario (a quien solemos llamar Dios) es la
omnipresencia, caemos en la cuenta de que aquel demonio, al igual que
los diablos que escucharon a Orfeo tocar su lira en el infierno, está
enamorado de la música. Y por esa razón dedica toda su energía en
proteger a su elegido: Giuseppe Tartini.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.64cm;">
Confieso que disfruté como un macaco la lectura de <i>La fuga del
maestro Tartini</i>. Devoré las 446 páginas en cinco días. El
ejemplar quedó lleno de anotaciones y subrayados, que algún día
comentaré in extenso con Ernesto. Viajé por Padua, donde saludé a
San Antonio, patrono de las solteronas, desayuné en Pirano con la
madre de Giuseppe, tan parecida a una mater dolorosa, en Venecia
paseé en una góndola conducida por un monje loco disfrazado de
arlequín, luego en Praga acompañé a Tartini en una de sus veladas
con Mayerink (o quizá en una homónima creación: Meyrink, sí, el
autor de <i>El Golem</i>, aunque esta inquietante novela no se
escribiría hasta tres siglos después, pero esta licencia forma
parte del juego atemporal de la novela de Pérez Zúñiga, una de sus
estrategias narrativas), y en todas partes resonaban las melodías
dulces, arrebatadas y dramáticas de Albinoni, Salieri, Vivaldi,
Uffenbach, Veracini. En las habitaciones que compartieron durante
años se escucha el violonchelo del virtuoso Antonio Vandini, su
mejor amigo. “Los músicos, ángeles aprendices de hombres” (p.
324).</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.64cm;">
Aunque la primera juventud de Tartini está signada por su afición a
la espada y la fuga de su nido paternal, muy pronto el espadachín
dará paso al músico genial. Y su vida, expuesta en sus detalles más
significativos en la novela de su alter ego Pérez Zuñiga, es un
ejemplo de una existencia febril y aventurera, salpicada de eventos
únicos, trágicos, cómicos, propios de su tiempo pero que a la
larga nos resultan familiares. Desde sus amores a los 18 años con
una chica tuerta hasta su pasión senil por una huérfana de apenas
13 años, sin olvidar su grande y controvertido amor de medio siglo
por su esposa Elisabetta, la que merecía una sonata que nunca
escribió: “Elisabetta abandonada”, que en compensación le puso
los cuernos con su hermano arcipestre Antonio Tartini y con el otro
Antonio, Vandini, su mejor amigo, el eros de Giuseppe se corresponde
con la visión hedonista y gozosa de su biógrafo, aprendiz de santo:
Ernesto Pérez Zúñiga.
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.64cm;">
Hay muchísimo más en esta novela para melómanos, filósofos y
taxistas melancólicos: momentos de sublime poesía y de literatura
pura, anécdotas divertidas y bizarras a montón, reflexiones,
incursiones en el esoterismo astral, guiños a la modernidad y a la
música contemporánea (Tom Waits, ¡Thelonius Monk!), toques de
ironía, muestras palmarias de la madurez del autor como narrador,
todo un universo de temas y motivos, aquello que hace de la novela un
género único, singular. Pero no me voy a extender pues la idea de
esta lectura es la de convocar a nuevos y múltiples lectores, aunque
no puedo resistir la tentación de citar una frase hacia el final (p.
422) cuando el demonio o Ernesto, o el demonio Ernesto, da igual,
dice, como resumen de la vida de Tartini: “Aparte de algunas
sonatas, la amistad es el mejor de tus trabajos”. Y para cerrar,
esta preciosidad que se puede leer como un autorretrato de Giuseppe
Tartini o de Ernesto Pérez Zúñiga, da igual, el retrato de un
artista: “…un animal andante y melancólico que se mira en un
largo espejo (el espejo del tiempo, digo yo), consciente de su propia
muerte, sin dejar por ello de caminar y de celebrar la belleza del
mundo” (p. 359). Y así, aunque el anhelo fáustico no se extinga
del todo, la vida como una oportunidad única y unánime de
celebración se manifiesta en el arte, vale decir en la música de
Tartini, vale decir en la novela de Ernesto.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm; text-indent: 0.64cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
Mérida,
6 de octubre de 2013. </div>
Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-30943203419470942582013-10-22T08:41:00.003-07:002013-11-10T22:27:59.208-08:00La música binaria de Ernesto Pérez Zúñiga. Juan Carlos Chirinos <!--[if gte mso 9]><xml>
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<!--StartFragment-->
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4p1dpCntOGU0cGtumKj33cwZMbwH5j6xqDRRi_HqKzKK7PDTj-WmezB6B49t31Efg6qNxMo5kgJk0NZQCqQOHacKSzYBPD63ir_ANTqQw-GXu0bSnnAbU1tJSBQJ-djYUXmU57Ru26g/s1600/cri%CC%81ticachirinos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4p1dpCntOGU0cGtumKj33cwZMbwH5j6xqDRRi_HqKzKK7PDTj-WmezB6B49t31Efg6qNxMo5kgJk0NZQCqQOHacKSzYBPD63ir_ANTqQw-GXu0bSnnAbU1tJSBQJ-djYUXmU57Ru26g/s640/cri%CC%81ticachirinos.jpg" width="390" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://www.el-nacional.com/papel_literario/musica-binaria-Ernesto-Perez-Zuniga_0_298170205.html">http://www.el-nacional.com/papel_literario/musica-binaria-Ernesto-Perez-Zuniga_0_298170205.html</a><span id="goog_792221711"></span><span id="goog_792221712"></span><a href="http://www.blogger.com/"></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<span lang="ES">Te
deseo que vivas tiempos interesantes, maldice un viejo adagio chino; pero tengo
para mí que hay ocasiones en que estar en el lugar indicado y en el momento indicado
le asegura a uno pertenecer a los tiempos más interesantes de todos: el tiempo
en que nace un escritor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<span lang="ES">Y,
parafraseando el famoso verso de John Ashbery, pienso que mi furioso viaje
hacia esta novela comenzó en 1996, cuando decidí irme a Salamanca a
reencontrarme con esa parte de mi identidad que, precisamente, salió de esa
ciudad en los sueños de Cristóbal Colón a finales del siglo xv. Pues sin ese
viaje de estudios y recuperación que me llevó cuatro años a la hermosa ciudad
castellana no habría coincidido con la sabia y sabrosa inteligencia de Ednodio
Quintero y, en consecuencia, no habría conocido a Ernesto, varios años después,
una noche madrileña en Lavapiés, ni hubiéramos empezado esta frecuencia que ha
sido de risas, y libros, y afecto, y música, y más libros, que es lo inevitable
cuando se trata con una persona de su naturaleza: de la naturaleza de la generosidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<span lang="ES">Pero
la cosa habría sido peor: sin todo este periplo vital que me ha llevado de
Valera a Madrid quizá no habría gozado del privilegio de «ver nacer» a ese
escritor cada vez más sólido e interesante que se manifiesta en cada novela
suya, desde <i>Santo diablo</i> hasta este
nuevo título que hoy nos convoca. Qué interesantes, pero qué interesantes han
sido estos diez años, la verdad sea dicha. Y no creo, ni muchísimo menos, que
nada de esto sea de mal augurio, sino todo lo contrario: el futuro se presenta
auspicioso y pleno de sabrosas lecturas. Es el futuro de un novelista, que se
bifurca sin cesar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<span lang="ES">Y
me ha ocurrido con esta novela como me ha ocurrido con las novelas anteriores
de Ernesto; el autor suelta un hilo en las primeras páginas y a medida que uno
lee ese hilo engorda y adelgaza y se esconde y asoma la cabeza, pero sigue ahí,
avisando de que hay una voz firme que está dispuesta a dejarnos entrar, sí,
pero también que exige el precio de ese goce: la entrega total. Nosotros, los
lectores de las novelas de Ernesto Pérez Zúñiga, cuando leemos ejecutamos un
ejercicio de despojo. Y eso es lo que nos hace regresar a sus páginas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<span lang="ES">En <i>Santo diablo</i>, su primera novela, el
recuerdo doloroso del primer tercio del siglo xx, una época que aún ejerce una
poderosa influencia en el inconsciente colectivo de España, palpita ese hilo,
guiando a los personajes —y al lector— por una época que ya entonces, además de
bullir de crueldades e injusticias de los poderosos sobre los menesterosos, y
la rebeldía de estos, estaba llena de fantasmas; y tal vez por eso, su segunda
novela, <i>El segundo círculo</i>, es una
aterradora fábula donde la normalidad de nuestra vida contemporánea se ve
fracturada por «mañas» que vienen del pasado y que son demasiado peligrosas
para nuestra blanda manera de vivir, porque el erotismo, sobre todo cuando hay
fantasmas merodeando, desgarra. Y desgarra de verdad. Pues los fantasmas de <i>El segundo círculo</i> son de una naturaleza
especial, como lo dije en su momento: “</span><span lang="ES">son unos espectros
algo diferentes a los que estamos acostumbrados: no aquellos dispuestos a
matarnos de un susto (ya saben que nos asustamos: son fantasmas), sino aquellos
que añoran el aroma de la piel y la textura de nuestros músculos para fornicar.
Son espíritus lujuriosos que buscan el intercambio sensual, en el sentido pleno
de la palabra. Y no son esos que quieren «volver» a ser vivos, sino aquellos
que disfrutan excitándonos, y excitándose.”</span><span lang="ES"> En cambio la
tercera novela, <i>El juego del mono</i>,
literalmente sumerge al lector en un inframundo que es el delirio de un
personaje pero también la contraparte de un mundo que lo agobia, el universo
literario que cuenta un mono, que es un preso, que es una voz: que hace una
novela.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<span lang="ES">En <i>La fuga del maestro Tartini</i> hay una
propuesta completamente nueva, pero que es, creo yo, consecuencia del camino
que el Pérez Zúñiga novelista emprendió hace ya más de una década: Esta novela
está viva. En esta novela se desarrolla una particular teoría de los afectos
que quiero reflejar en una frase de la novela y en una idea de la que se habla
allí. La frase es un haikú que salta a los ojos si aviso previo inundando la
lectura del siempre necesario ambiente lírico: “Los anfibios viven en los
sueños; sus colas de anguila agitan el agua” (p. 178). Y la idea, el narrador
la pone en escena más adelante; “me ocurre aquí como en la música. Cambio de
estilo cuando estoy triste. Esa es mi teoría de los afectos, lo que tanto he
intentado enseñar a mis alumnos (…) Aprende (…) los lances más difíciles, para
luego aplicarlos a cada tipo de personalidad” (p. 250).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<span lang="ES">En
estos dos elemento, estimo, yace uno de los principales pivotes de la novela o,
al menos, una de las numerosas maneras que existen para acceder al discurso
último del texto. Pues cuando comencé a leer la novela, a percibir los
cambios de voces, los cambios temporales
y la sucesión sin tregua de episodios de la vida de Giuseppe Tartini, sospeché
que algo no estaba funcionando bien en mi cabeza, y que se debía a la propuesta
que me estaba haciendo la novela y que, como lector torpe y primerizo no
terminaba de captar en las primeras páginas. Entonces pensé en Spengler, y en
Mann, y pensé en las disquisiciones temporales de Agustín de Hipona. Pero no
hallaba ese hilo que en todas las novelas que he leído de Ernesto se asoma y se
esconde, juguetón, pero firme. Sí, era la vida del músico italiano la que
servía de telón de fondo, pero también su música, y la reflexión vital que todo
ser vivo con un mínimo de sensibilidad no puede evitar hacerse cuando descubre
que el mundo es ancho, sí, pero hostil.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<span lang="ES">Seguí
leyendo y descubrí una trampa, una trampa que no puede ser inocente y en la que
el lector descuidado caerá y se equivocará muy mucho, aunque crea para siempre
que tiene razón. La novela sigue, de manera binaria, una estricta cronología;
por un lado, la del aproximadamente último año de vida de Tartini, entre 1769 y
1770, en la que “en teoría” se está escribiendo la novela; y por otro, la que
comienza con su nacimiento y va avanzando por entre los episodios de mayor
calado, y algunos menos importantes, de su vida. La primera cronología
convierte la novela en unas memorias literarias ficticias muy cercanas a un <i>Tristram Shandy</i>, por ejemplo; la segunda
cronología de ese binomio temporal, en cambio, hace que <i>La fuga del maestro Tartini</i> sea una novela de aventuras que no da
tregua al lector, y que le asegura muy pocos, o ninguno, momentos de tedio.
Porque cuando un músico también es espadachín, ya no habrá paz en esa casa. Dos
cronologías para una novela musical que es una fuga: ¡lo que hubiera hecho
Johann Sebastian Bach con un material así!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<span lang="ES">¿Y
el haikú? Lo repito: “Los anfibios viven en los sueños; sus colas de anguila
agitan el agua”. Lo releo, y pienso que es una lástima ejercer de intérprete
del arte, porque uno se condena a decir groseramente lo que ya el artista ha
dicho con nitidez. No en balde, en sus cartas, el filósofo holandés Baruch de
Spinoza le insistía tanto a sus amigos que para entender su famosa Ética
demostrada según el orden geométrico bastaba con leer con atención la primera
proposición. Pero como a los demás nos cuesta captar a la primera, era y es
inevitable que tengamos que leer todo el libro. “Porque todo lo excelso es tan
difícil como raro”, concluye su libro Spinoza, no sin cierto orgullo –y muy
sobrada razón. Así, pues, si yo cito en la novela de Ernesto, “Los anfibios
viven en los sueños; sus colas de anguila agitan el agua”, ya debería ser
suficiente para mí; pero como estoy condenado a interpretar, me siento empujado
a decir que el doble lugar de los anfibios, los sueños y la vigilia; el aire y
el agua, apunta con hermosa y oriental sutileza a lo que ya he señalado arriba
con las cronologías dobles de la vida de Tartini: que la novela está al menos
en dos lugares al mismo tiempo: ahora y antes, pero también mañana.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<span lang="ES">Y
hay dos voces. Una de ellas es la de Tartini; la otra es una muchedumbre; la
otra es el diablo, y Berloc, y el narrador pero también el autor. Y vuelve la
noción binaria: 1 y 0; la voz del uno, y la voz de todos. Quizá por eso hasta
Bart Simpson asoma la cabeza y lanza su mantra fundamental: “anda y
multiplícate por cero, que soy yo”( 423).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
<span lang="ES">Algún
hado malo ha tenido la mala intención de lanzarme a vivir en estos tiempos
interesantes y yo se lo agradezco. Sobre todo, porque me ha permitido conocer
escritores y amigos como Ernesto Pérez Zúñiga. Y porque me ha permitido asistir
al nacimiento y desarrollo de un discurso novelístico que con esta novela
confirma su solidez y versatilidad, su riesgo, su enorme riesgo, y su valentía.
Yo no les recomiendo que lean esta novela porque no se puede; esta novela, ya
lo advirtió Bauman, hay que beberla a grandes sorbos, porque el líquido que la
conforma es multisápido y trae enormes cantidades de veneno para el
entendimiento; alucinógenos para la memoria y frases hermosas para los ojos.
Corran, pues, y beban con gula.<o:p></o:p></span></div>
<!--EndFragment-->Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8800669174817536664.post-533804536260468382013-10-15T03:30:00.000-07:002013-10-15T03:30:01.393-07:00Reseña de María Alcantarilla en Facebook<span style="background-color: white; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: left;">“</span><em style="background-color: white; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; font-style: normal; line-height: 20px; text-align: left;">A veces tenía la sensación de que la postilla de mi mano estaba a punto de desprenderse</em><span style="background-color: white; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: left;">”. He ahí Tartini. El músico. El maestro. El huido. El buscador sin fondo para el que la vida, a la manera Jungiana, es un mero punto de apoyo —y en esto, me atrevería a decir que, casi, como para el autor mismo—. Pérez Zúñiga, tras siete —curioso número— años de trabajo, nos trae el retrato de una sociedad que convulsiona en torno a sí —o sobre sí—: la sociedad gestada en el individuo peleando contra su propia identidad —y ahí, curiosamente, podemos vernos todos. De nuevo el de Zürich—. ¿Qué postilla, qué brazo y, sobre todo, qué composición puede salvar a alguien de su yo más hondo? Algunos, muchos, la han tachado de novela histórica, fantástica; una novela de tintes contemporáneos pero </span><em style="background-color: white; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; font-style: normal; line-height: 20px; text-align: left;">La fuga del maestro Tartini</em><span style="background-color: white; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: left;"> es, además de todo, un excelente, un atento Tratado sobre el Yo y sus principios —añádanle finales, es lo mismo—. Pérez Zúñiga —esto ya lo ha demostrado con creces en sus anteriores trabajos—, sí es un auténtico maestro: un Humanista. A través de Tartini y sus anejos, cincela un planteamiento escurridizo en las artes, que ya intentase definir Valéry en su </span><em style="background-color: white; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; font-style: normal; line-height: 20px; text-align: left;">Poética</em><span style="background-color: white; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: left;"> y es que “</span><em style="background-color: white; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; font-style: normal; line-height: 20px; text-align: left;">atravesamos solamente la idea de perfección como la mano corta impunemente la llama; pero la llama es inhabitable y las moradas de la serenidad más elevada están necesariamente desiertas</em><span style="background-color: white; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: left;">”. O, en el caso que nos ocupa y con la voz del italiano —o el de Granada—: “</span><em style="background-color: white; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; font-style: normal; line-height: 20px; text-align: left;">todavía crees que te bastas a ti mismo para conseguirlo</em><span style="background-color: white; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: left;">”. Tartini —Pérez Zúñiga— se sueña a sí y se pretende. Pero, en esa cansina pretensión de hallarse, de encontrar el modo de Ser, ha de saltar —sufrirse en conciencia— por encima de otros tantos añadidos: personas, sentimientos, obligaciones que los otros, el Mundo, tachan de necesarias. Así es que, dos voces, dos ritmos, dos maneras de hablarnos o de hablarse a sí mismo y a ese capricho —quizás no— de llegar a entender(se). Todo, absolutamente todo, es un útil y una amenaza para la individualidad del Maestro porque, en el hecho de buscar tan hondamente le(nos) sorprendente, a menudo, otra labor menos concisa y menos grata: la mesura. ¿Es el artista egoísta por antonomasia? Estas memorias, este —como he dicho— exquisito tratado humanístico nos expone. Nos llama a la pregunta. Nos interroga como lector y como Hombre: ¿Existe de veras, podemos encontrar —sin olvidarnos del Globo— la provocación, la fuerza ingobernable, la locura grave de ese</span><em style="background-color: white; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; font-style: normal; line-height: 20px; text-align: left;">tercer sonido </em><span style="background-color: white; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: left;">que también nos puebla a todos?. </span>Alianza Editorialhttp://www.blogger.com/profile/03893754229172518367noreply@blogger.com0